Villa Irene Lanzarote: No es una historia perfecta pero sí una historia real

Lo que vas a encontrar es el porqué de un lugar hecho con intención, detalle y cariño. Villa Irene Lanzarote no nació para impresionar. Nació para acoger.
Para darte un espacio bonito, cuidado y sereno donde puedas ser tú. Donde puedas descansar sin culpa, descubrir la isla a tu manera, o simplemente disfrutar del sol en la terraza sin hacer absolutamente nada.
Villa Irene Lanzarote no es un alojamiento cualquiera. Es un proyecto muy personal, hecho desde el deseo de ofrecer lo que a mí me hace feliz cuando viajo: libertad, calma, cercanía… y sentir que alguien ha pensado en ti antes de que llegaras.

¿Por qué confiar en mí?
No improviso. Llevo toda la vida entre viajeros. Desde pequeña, ayudaba en el hotel de mis padres. Allí descubrí que la hospitalidad no va de lujos, sino de detalles: de escuchar, de estar presente, de cuidar con cariño y sin prisas. Con los años, fui explorando el mundo y trabajando en distintos países, hasta que llegué a Lanzarote.
Aquí abrí un centro de buceo, trabajé en el sector inmobiliario y turístico… y seguí aprendiendo, desde todos los lados, qué necesita alguien para sentirse bien lejos de casa. Hace años decidí dar un paso más y crear un espacio propio.

Así nacieron Charco del Palo Apartments, seis apartamentos junto al mar, en un entorno único y muy especial, donde recibo a personas de todo el mundo que buscan algo diferente: libertad, conexión con la naturaleza y autenticidad. Villa Irene es el siguiente paso.
Una propuesta aún más personal, íntima, cuidada al detalle. Un lugar que resume todo lo que he aprendido sobre hospitalidad, descanso y atención real. Porque esto no es un negocio sin alma. Es lo que sé hacer, lo que me gusta hacer… y lo que quiero seguir ofreciendo.

¿Quién soy y por qué hago esto?
Soy Simone. Y sí, Villa Irene tiene mucho de mí. De mi forma de ver la vida. De cómo entiendo el cuidado, la calma y los pequeños detalles que marcan la diferencia.
El nombre no es casual. Llamé así a la villa en honor a mi madre, cuya presencia y ejemplo me han acompañado siempre. Gracias a ella soy quien soy.
Y también por mi hija, que da sentido a mi forma de estar en el mundo y a cada detalle de este lugar. Después de muchos años trabajando en turismo, sabía que si algún día creaba algo propio, tendría que ser algo con alma.
No solo un lugar bonito, sino un espacio donde las personas pudieran sentirse bien de verdad. Lanzarote me lo puso fácil.
Desde que llegué, sentí que esta isla me abrazaba. Aquí he formado mi hogar, he criado a mi hija —que es la luz de mis días— y he aprendido a vivir más despacio, disfrutando de las cosas sencillas: un café al sol, una cena en la terraza, una noche de estrellas con la furgo junto al mar. Villa Irene nace de todo eso.
De las ganas de compartir este estilo de vida con quienes vienen buscando algo más que un alojamiento. Aquí no hay prisas. No hay ruido. Hay espacio para estar contigo, con quien quieras, y con esta isla tan especial
¿Y ahora qué?
Si has llegado hasta aquí, gracias.
Me alegra saber que querías conocer un poco más de la historia que hay detrás de Villa Irene Lanzarote. Ahora ya sabes quién soy, cómo cuido este lugar y por qué lo he creado. Y si algo dentro de ti ha resonado con todo esto… quizás sea el momento de vivirlo. Estaré encantada de recibirte en Lanzarote. Con todo listo. Con las puertas abiertas. Y con la tranquilidad de saber que aquí, puedes ser tú.